viernes, 11 de julio de 2008

En Memoria de...

En esta ocasión, no voy a hablar de piezas, ni de cómo las capturamos. Hoy hablaré de uno de mis abuelos, mi abuelo Luis, mi "Tata".

No se si en su juventud solía pescar; nunca lo hizo en el tiempo en que lo conocí. Pero sí le gustaba mucho salir a caminar, en la playa, y solía llevarme, aunque yo era muy pequeño en ese entonces... tal vez de 5 o 6 años. Fue caminando con él que vi por primera vez a personas pescando. Caminando con él aprendí a amar las caminatas por la playa, aprendí lo bonito que es pasear sin preocupaciones, a un paso cómodo, masticando una ramita de hierba (de mi "Abue" aprendí que no debia echarme porquerías a la boca, incluso si mi Tata lo hacia).

Me enseñó a cazar lagartijas con la mano, aunque no llegué a destacar en ese arte. De él aprendí, aunque lo haya descubierto mucho después, que un abuelo no necesita ser generoso en regalos materiales para ser recordado (los regalos los hacia mi Abue[la]). Cosas simples como caminar de la mano, que no hay que tener miedo cuando la tierra tiembla, sino buscar un lugar seguro sin perder la calma. Aprendí que a veces, un nieto puede ayudarle a su abuelo a aprender a caminar otra vez.

Y hoy, viernes 11 de Julio de 2008, este día en que nos ha dejado, aprendí que se puede estar triste y sereno a la vez. Aprendí que a veces, aunque no sea lo tuyo, tienes que expresar lo que sentías por tu abuelo, así, escribiendo en un blog lo mucho que valoras los momentos compartidos juntos, aunque los frágiles recuerdos de la infancia no permitan recordar más que algunos detalles concretos.

Gracias Tata, atesoro el cariño que nos diste. Y ahora atesoro el vacío que has dejado, que nos ayuda a recordar lo bien que siempre nos llevamos. Se que estás en un lugar mejor ahora, sin duda en la compañía de quienes sé que nunca dejaste de extrañar. No te digo adiós, sino, "hasta que nos reunamos otra vez", nunca te olvidaremos. Que en Gloria estés.

A la memoria de Luis Almirall C. (1918 - 2008)